top of page
_MG_2692_uña.jpg

Guardianes de semillas

El mundo se está enfrentando a la pérdida de miles de variedades de semillas y, con esto, a la desaparición de diversos alimentos, que son fundamentales para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria de la humanidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, estima que en el siglo pasado se perdió más del 60% de las variedades de semillas que existían en el planeta. 

Hay varios ejemplos alrededor del mundo. De acuerdo con la misma organización, en la India, durante la Revolución Verde (1960-1970), "la cantidad de variedades de arroz cultivadas disminuyó de más de 100.000 a 10". En México hoy se conoce solo el 20 por ciento de las variedades de maíz que existían en 1930. Y mientras que en la China de 1949 se plantaban casi 10.000 variedades de maíz, hoy se siguen sembrando solo unas 1.000.


Las razones que explican esta problemática van desde la expansión de los monocultivos y el cambio climático hasta la implantación de leyes de semillas que limitan su circulación entre los pueblos, favoreciendo los intereses de las grandes empresas semilleras. 

 

El caso de Colombia no es muy diferente. Aunque desde hace décadas existe normatividad sobre la protección de obtenciones vegetales, con la negociación y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, se introdujeron cambios normativos que limitan y penalizan la circulación libre de semillas. 

En 2006, por ejemplo, se hizo un cambio en el Código Penal para autorizar la penalización del uso de variedades de semillas protegidas legalmente o de aquellas que puedan confundirse con éstas. La sanciones puede ser de cuatro a ocho años de cárcel y multas entre 26 y 1.500 salarios mínimos.


Guardianes de semillas es un proyecto fotográfico que registra la resistencia cotidiana de personas -neorurales o de origen campesino- que se oponen a este tipo de políticas privatizadoras. Todas viven en el municipio de Tabio, en Cundinamarca, y en sus huertas, que ocupan mucho menos de una hectárea, conservan, limpian, reproducen y resiembran todo tipo de semillas nativas y criollas. Muchas las comparten con otros agricultores. 

En sus inventarios -sí se pudieran llamar así- se encuentran desde semillas de amaranto, cilantro, lechugas, quinoa y habas hasta papas nativas, cubios blancos y amarillos, tabaco, amapola, cacao y diversas variedades de maíz y fríjol. 

 

Para algunos de estos guardianes es evidente el proceso político y contrahegemónico que implica la tenencia de sus  semillas; para otros, no tanto. Pero en la práctica todos coinciden en establecer nuevas relaciones con la producción alimentaria y las semillas que van en contravía de la hiperproductividad y la apropiación desmedida de los alimentos. 

Guardianes de semillas se hizo con la técnica light painting [pintura con luz] con el objetivo de explorar nuevas narrativas y estéticas en la representación de la población campesina, de origen rural y neorural. 

Preferí no incluir los apellidos de quienes colaboraron con este proyecto por el alcance impreciso de las leyes semilleras. Desde hace varios años el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, no reporta las cifras sobre decomisos de semillas. 

Haga click en las imágenes para conocer un poco más sobre las semillas y sus guardianes. También está disponible la opción en pantalla completa para apreciar mejor los detalles. 

bottom of page